Conoce el manejo adecuado de las conservas
Al ir al supermercado observamos una gran variedad de alimentos enlatados y en tarros de conservas.
Esta forma de presentación representa muchas ventajas, yaque su etiquetado ofrece toda la información necesaria para su consumo, no precisan preparación previa y mantienen intactas las cualidades nutricionales del alimento entre otros.
Sin embargo, ¿Cómo saber cuándo éstas no son óptimas para su consumo? ¿Una vez abiertas, cómo debemos guardarlas?
Al hablar de conservas, tenemos que hacer referencia al botulismo, que es una grave enfermedad producida por la toxina botulínica y que puede encontrase en las conservas en mal estado.
Esta toxina causa una paralización de la musculatura a las 16-36 horas de su consumo, con dificultad para respirar y deglutir, visión borrosa, vómitos, diarrea e incluso parada cardiorrespiratoria, pudiendo ocasionar la muerte. Ocurre usualmente en las conservas caseras mal elaboradas. Para evitarlo, se recomienda que estas conservas se consuman antes de un año de su elaboración, y que se caliente el alimento a 80° durante 10 minutos antes de su consumo, para destruir la toxina.
A nivel industrial, las técnicas de conservación, están ganando, cada día, mayor seguridad, ya que el alimento es sometido a un proceso de esterilización con temperaturas de 100-120°C, e introducido en recipientes herméticos de cristal o metal y cerrados al vacío.
Consejos para su óptimo consumo
A pesar de las medidas de seguridad que se toman en las industrias alimenticias, se recomienda tomar en cuenta algunas recomendaciones para el consumo óptimo de las conservas:
Limpiar externamente el envase antes de abrirlo.
Observar que la lata o el envase no estén deteriorados, ni abombado hacia fuera. En este sentido, es importante señalar que es normal que al abrir la lata, se escuche un ligero chasquido o silbido, pero si éste ruido es mayor o salpica a borbotones, el alimento puede estar estropeado.
Usar un abrelatas limpio y apropiado. Verificar que éste no se encuentre oxidado.
Traspasar a otro recipiente si se abre y no se consume en el momento y conservar en el frigorífico.
Seguir las instrucciones del envase para calentar o preparar el alimento. En general, para calentarlo, quita la tapa superior y poner al baño maría, o traspasar a otro recipiente para calentarlo en el microondas.
Consejos sobre el etiquetado de la lata
Es también importante leer con atención el etiquetado de la lata el cual debe reflejar:
Contenido del envase y lista de ingredientes, ordenados según la cantidad.
Peso neto del producto (peso de todo el alimento) y peso escurrido (si al anterior le restamos el peso del líquido o jugo que acompaña al alimento).
Fecha de consumo preferente (fecha de duración mínima).
Condiciones especiales de conservación y de utilización, si existen.
Modo de empleo, si se precisa de un uso adecuado del producto.
Número del lote de fabricación, lugar de origen o procedencia y empresa.
Valor nutricional medio por100 g de producto, valor energético, proteínas, hidratos de carbono, grasas (saturadas, insaturadas, trans, omega 3 y 6).
Información adicional: si tiene gluten, envase reciclable, si es de apertura fácil.
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